
El humor en este filme es hermoso y cálido. En esta obra rebalsa la inocencia de sus personajes pero sin llegar a inundar la seriedad del relato. Estamos ante una crítica fina de la opulenta obesidad norteamericana y todo lo que ella representa.
La animación es exquisita, los detalles y costumbres están plasmados hasta el tuétano en el celuloide y hacen que uno se sienta parte del cuento y se identifique con algún que otro personaje.
Una Pelicula en la que no hay dialogos y la musica ocupa un lugar inimaginable de la mano de "M" Mathieu Chedid y Benoit Charest.
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