lunes, 22 de febrero de 2010

Rickie Lee Jones – Balm in Gilead

Rickie Lee Jones es de esas artistas que no necesitan adaptarse a los nuevos tiempos. Que sean los tiempos los que se acomoden a su estilo. Este disco, ya el decimotercero, es más especial que los anteriores: se trata de composiciones que datan, en su mayor parte, de más de veinte años atrás y que ha conseguido ir puliendo con el tiempo. Y esa minuciosa labor no pasa desapercibida.
Ya desde el comienzo, en la brillante Wild girl, dedicada a su hija aunque con evidentes tintes autobiográficos, la otrora rebelde artista nos remite a las inspiradas canciones de jazz y folk -como Night train- de su gran debut homónimo, el mismo que le hizo ganar el premio Grammy como artista revelación en 1980. La sencillez en la (auto) producción viene acompañada de grandes composiciones como Eucalyptus trail o la jazzística The Moon is made of gold, escrita por su padre, y en la que Rickie Lee Jones efectúa una de sus mejores interpretaciones vocales. Ahí quedan un discreto dueto con Ben Harper (Old enough), un elegante instrumental donde la voz cede su sitio al órgano Hammond (The blue Ghazel) o innovaciones como el himno His jeweled floor, que canta a tres voces junto a sus invitados Victoria Williams y Vic Chesnutt. El álbum constituye, en definitiva, todo un ejercicio de reafirmación para unos bien cumplidos treinta años de carrera.

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