lunes, 22 de febrero de 2010

Charlotte Gainsbourg y Beck - IRM

Las siglas que dan nombre al disco hacen referencia a las imágenes por resonancia magnética a las que la anglo-francesa se sometió durante el proceso de recuperación de la hemorragia cerebral que sufrió en 2007, tras un accidente de esquí náutico.
Fue entonces cuando decidió enviar los sonidos de ese procedimiento médico a Beck, compositor y productor de este trabajo discográfico, para que de esa forma ambos pudieran "encontrar una intención poética que hiciera referencia a la memoria, a los recuerdos y a la propia muerte".
Beck es el gran estandarte que da solidez a su nueva propuesta, como en su día lo hicieran Nigel Godrich -productor de Radiohead-, el icono del britpop Jarvis Cocker y el dúo francés Air en su álbum "5:55", editado en 2006.
El pulso del disco es sinuoso, impredecible: un sonido de máquinas de hospital adorna la kraut-chanson “IRM” , un ritmo marcado y beatlesco acompaña la hitera “Heaven can wait” y un oportuno colchón de coros fantasmagóricos produce el clímax de la bella “Time of the assassins”. Con “IRM”, Charlotte Gainsbourg no solo le ha ganado una pulseada a la muerte , sino que ha grabado un excelente disco.

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